La gente acude a ella para pedirle milagros o favores relacionados con el amor, la salud o el trabajo. Por otro lado, también se le pide por fines malévolos, tales como la venganza y la muerte de otros. Sus simpatizantes suelen identificarse al portar algún dije o escapulario de su imagen, mientras que otros optan por llevar su figura de manera indeleble, al tatuársela en la piel.
Inicialmente su devoción era exclusiva de criminales, incluyendo contrabandistas, pandilleros, ladrones y prostitutas, quienes suelen hacerle peticiones, tales como el librarles de las balas de la policía o de cualquier otro mal, como por ejemplo, la cárcel. Contradictoriamente, es fácil encontrar devotos del otro lado de la ley, entre ellos militares y policías, quienes piden una bendición para su pistola y sus balas. Incluso, la devoción a "La Flaca" se ha convertido en algo popular dentro de la elite política y empresarial. Aquellos que acuden a su altar la veneran como si fuese una santa, persignándose y rezándole para que se cumplan sus peticiones.
La devoción a la Santísima Muerte aparece en el comercio popular junto con las imágenes de los santos tradicionales, se manifiesta como una advocación contendiente y alternativa al catolicismo popular. La base social del culto está integrada por personas de escasos recursos, excluidas de los mercados formales de la economía, de la seguridad social, del sistema jurídico y del acceso a la educación, además de un amplio sector social urbano y semirrural empobrecido. Hay que destacar que parte importante del mercado religioso de la Santa Muerte está constituida por los ambulantes, sobre todo del Centro Histórico de la ciudad de México, así como por los circuitos del narcomenudeo, redes de prostitución, maleantes y carteristas.
Narcotraficantes, ambulantes, taxistas, vendedores de productos pirata, niños de la calle, prostitutas, carteristas y bandas delictivas tienen una característica común: no son muy religiosos, pero tampoco ateos; sin embargo, abonan la superstición y la chamanería. Crean y recrean sus propias particularidades religiosas con códigos y símbolos que nutren su existencia, identidad y prácticas. Se atribuye el crecimiento del culto a que "la gente no está preparada para morir y está buscando aliados para que los cuide en ese último trance". Las personas de la delincuencia organizada no se acercan a la Iglesia ni a otras instituciones que tengan que ver con un carácter político legalizado.
Finalmente creo que la gente no puede decir que cree que Dios y también ser devoto de la Santa Muerte porque es una gran contradicción ya que la Biblia nos enseña que Jesús resucito y venció a la muerte, y al tener oraciones a la muerte y pedirle favores estamos negando la existencia de Dios, pero considero que las personas hacen esto ya que saben que sus peticiones no son cosas que pediría un creyente en Dios, pues al parecer piden por cosas malas para otras personas, o son personas que saben que lo que hacen con su vida no esta bien, por lo tanto tienen que buscar la forma o buscar a "alguien" que los proteja sin que les pida que cambien lo que son y que ellos con ofrendas materiales y simples puedan pagarle el favor.
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